Según Michel Portier, director general de la asesoría Agritel, el
mal tiempo es responsable del 80% de la inestabilidad de los precios.
Con el cambio climático, “los años normales han dejado de
existir”, dice categórico Pierre du Peyroux, asesor de la empresa
Horizon Soft Commodities. Y “la globalización de la información
transmite todo acontecimiento climático a los mercados” de cereales y
afecta los precios, destaca.
Los operadores del sector hablan de un weather market, una
situación en la que las fluctuaciones del tiempo dictan la tendencia del
mercado.
Este “mercado del mal tiempo” es particularmente
importante en los inviernos y los veranos del hemisferio norte, y de
mitad de octubre a final de febrero en el hemisferio sur.
“Se necesita una competencia de agrónomo para evaluar la
gravedad de un incidente meteorológico en la fase de desarrollo de una
planta” de trigo, maíz o soja, explica Michel Portier.
“Si la climatología reduce la producción dentro de un balance
ya de por sí extremadamente tenso, el weather market tendrá un impacto
fuerte”, más aún cuando el mal tiempo golpea a un actor clave del
mercado.
Ante la sequía
En EE. UU., el mayor productor mundial de maíz, las
temperaturas récord de julio de 2012 dañaron notablemente las cosechas,
que se redujeron en cien millones de toneladas (Mt) respecto de las
proyecciones de los analistas, quedando en 273 Mt.
Actualmente, la sequía sigue afectando Colorado, Kansas y
Oklahoma. Estos Estados representan cerca del 45% del trigo de calidad
Hard Red Winter, el más consumido en EE. UU. y también el más
exportado, que se cosecha en verano al mismo tiempo que el trigo
europeo.
Kansas, que produce el 22% del trigo de invierno, estaba en
una pésima situación a fines de enero, con un 39% de cultivos
considerados “malos o muy malos”. En 2012 ese porcentaje se limitaba a
12%, y a 19% en la media quinquenal.
“La situación todavía puede invertirse en primavera, aunque
desde ya se espera que la cosecha sea mediana o débil”, pronostica el
analista Paul Gaffet, de la compañía francesa Offre et Demande Agricole.
Los agricultores estadounidenses podrían incluso perder más
del 25% de los cultivos de trigo de invierno, preveía en diciembre un
analista de Plains Grains, una situación que solo se ha producido en dos
ocasiones desde 1920, según datos de USDA, el Departamento
estadounidense de Agricultura.
Las miradas también están puestas en Argentina, donde la
sequía afecta a casi la mitad de los cultivos de maíz. Una situación
grave, ya que las plantas que entran en período de floración necesitan
mucha agua.
“Es indispensable una ventana de precipitaciones entre el 10 y
el 25 de febrero” para la soja argentina, advierte el director de
Agritel.
“Dentro de un mes será demasiado tarde”, expuso.
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